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viernes, 9 de septiembre de 2011

YA DORMIDA ESTA LA NOCHE



Verano de 0 cubatas, de 3 cafes. De cantos de aguas, de besos de mañana y ayer. Soy un viejo conocido de este asfalto, cada noche transito la garganta de esta avenida, mientras el cielo me aguarda desde lo alto. Observo bocas que devoran cigarros, mientras yo fumo este bienestar, despojando junto al humo, podrido amor y desgarro. Huelo entre el gentío corazones exhaustos, de corteza de palo y asfalto. Perfumes de alcohol, orgías de diversión, el suelo relame pasos y vasos. Serias farolas me ofrecen sus tenues y tristes miradas, una llora en silencio, mientras sucumbe lentamente su luz y las mudas rocas sonríen a solas. Sobre este amanecer, recojo las lágrimas de estos bulevares, en vano están sus rosas. ¿Que le contaran estos edificios a esta cuidad? Pueblo de piedras y arenas, callejones ansían veintiuna primaveras. No hurgues en mi corazón, en su barro, no cantes al odio. Los tambores del miedo vendrán y lo harán llorando. Momentos de penumbra, en los que seguía un ritmo mi nuca, paso tras paso, aquella canción de fría luna. Soy niño de lengua derramada, hizo mis versos y mis espadas. Tras miles de leguas, de silencio y sus aldeas. Frió acero, sonríes a guerras, ellas, que pobremente de mi te alejan. Amistades que no me hacéis penar, carcajadas echan el vuelo. Me armáis de valor, contra las fieras he de luchar y descaradamente a la muerte la hacéis esperar. Cada noche, con mi presencia consolaba al mar, al horizonte escuchaba llorar. Pobre de él, sus ojos sonrisas no podían amar. Contemplaba el triste baile de las olas, que gastaban trepidantes mis horas. Mientras tanto, no cesan de callar los vientos de opera. Húmeda madrugada, ni tu consigues detener la voz del mar y del alba. Ella, piel cual vello se ha callado en tres meses, de canela su cabello, enamoradizos sus ojos, siempre. Ayer su alma amaneció sin que ponerse, desnuda siendo pura, mas de lo que perece. En el cajón de tu boca besos espero que te queden. Tu pensamiento en mi frente, tu vino y tu sangre. Sabes a vida, a vientos leves, tan esenciales y largos, como lo es la muerte. Triste bulevar, muestras amor y afilados dientes. Jamas perdonas a quien malhierre, recuerdos pueblan en tus pieles, que lluviosamente nacen y mueren. Me acoges y me ofreces amaneceres, que los vientos de tu corazón me lleven. Y recuerda, tu historia y tus millas nunca mueren. Vendré si entre ellas se aullan, en el filo de la vida descubriré tus sueños purpura. Tu que aveces sangras y lloras, dejame sentir tu aura.

Aquí estoy de nuevo Bloggers, con un nuevo relato, con las pilas bien cargadas y encantadisimo de haber retomado el blog y la escritura. He pasado unas estupendas vacaciones, he disfrutado de mi cuidad, de mis amigos y de los momentos mas importantes de la vida. Bueno, este texto habla de los paseos que realizaba todas las noches de vuelta a casa. Relato todo lo que sentí y vi en aquellos paseos nocturnos. Este relato querría dedicárselo primeramente a mi cuidad, Alicante. A mis amigos, mi familia, a Liss, mi amorcito. Y bueno, me he divertido mucho escribiéndolo y como siempre ha sido un placer haberlo hecho. Espero que lo disfrutéis y que finalmente os guste. Espero que vosotros también halláis pasado un fantástico verano, ya me iréis contando. Tras esto, os mando un beso y abrazo enorme a tod@s.