Triste final indomable.

Todos me odian, al ser oscura y llevarme almas. Mi existencia es lógica, pero ni de eso se conforman. Soy el final de algunos y de otros su despertar, en otro lugar, mas allá de las profundidades del alma. Me alimento de lágrimas, penas y vidas rotas. Algunos llaman a mis manos "las manos de la derrota" por no haber conseguido luchar hasta el final y mi imagen invisible les estorba. Creo tantos miedos... Ahi fuera, guerreros luchan por evitar mis besos. Filosofias extrañas para no ver mi rostro. Soy aquella voz espeluznante e indomable que mece en tus oidos al dormirte eternamente.  Yo no elegí llamarme "Muerte", ni qué papel jugar en este mundo insomne. Tendré que dejarme llevar , conformarme con lo que soy y dejar que mis días sean mis autores.